Dichosos 2 minutos...

2 minutos fueron cruciales. Tan sólo 2 en los que el Benfica salió vivo de Montjuïc cuando ya estaba enterrado. Son los que van del 18 al 20 de la segunda parte. Primero Nuno Gomes, con un gol que jamás puede pasar (Pablo, no deberías haberles habilitado...) y el segundo más de lo mismo, un fallo nuestro que encima tocó a Jarque para desviar el balón. La conclusión: mucho sufrimiento el que nos espera la semana que viene en su estadio, Da Luz.
Y esos dos minutos fueron los que empañaron el magnífico partido que se realizó ayer. A parte de esos dos minutos, el Espanyol plantó cara a todo un campeón de Europa, al equipo con más socios del mundo.
Con el gol de Tamudo se dice todo (y de él también). Les chuleamos como quisimos. Y creo que en Lisboa se puede hacer. No debemos salir con la mentalidad de defender el resultado, sinó de ampliarlo, pues si nos encerramos atrás, nos marcan. Y si ellos marcan primero, el miedo en el cuerpo para ellos, porque arriba somos letales. Lástima de la lesión de Tamudo, que esperemos que no sea nada grave.
Destacar ayer también, por encima de todos, a Riera. Impresionante partido el que se cascó ayer, en donde de 10 veces que intentó irse de su marcador, lo consiguió en 9 ocasiones, y encima marcando. Está en un momento de forma muy dulce y hay que aprovecharlo. Yo el domingo, para descansar, no lo pondría, pues ayer acabó bastante cansado, pero está claro que este chaval no es cojo como muchos pensaban.
También hacer hincapié en la buena actuación de Gorka, donde es de recibo decir que nos salvó dos goles cantados, uno parando un mano a mano y el otro desviando con una mano prodigiosa un disparo desde fuera del área colocado. Bien por Gorka.
Pero por encima de todo y de todos, destacar la actitud del equipo. Esa actitud que tanto se habla esta temporada. Y es que cuando el equipo se ve contra las cuerdas, o no favorito, como ayer, saca todo lo que tiene dentro y lo demuestra en el terreno de juego. Y ya se vió que cuando nos acomodamos, bajamos el rendimiento. Por eso, después de levantarme esta mañana, pienso que es mejor el resultado de ayer con el 3 a 2 que el que teníamos a falta de 30 minutos con el 3 a 0, pues iríamos ya convencidos y pensando en el rival de semifinales y al final nos veríamos en el minuto 5 de la prórroga por empatarnos. Con este resultado no saldremos en absoluto confiados, ellos tendrán que ir al ataque para matarnos y nosotros los mataremos al contraataque. Y si no, que nos quiten lo 'bailao'.